NO SOMOS, PERO SOMOS
y algo más sobre los MEDIOS
El no – ser frente a los que sí - son
Cuando se plantea el descubrimiento de América, se lo hace desde la posición de sujeto – objeto, de ser y no – ser. Si aceptamos ésta posición aceptamos que no somos, o mejor dicho que los habitantes de América, los aborígenes, no eran. Eran objetos, no sujetos que hacían [y merecían hacer] historia.
“Este estigma de no ser, de ser objeto de la historia y no sujeto, ha guiado nuestro destino por cientos de años. Estigma obviamente impuesto por la fuerza, durante la época de la conquista, y culturalmente impuesto, - merced a la aceptación de no-ser, o de ser en cuanto se acepta no ser (vaya paradoja)- por la clase dirigente post colonial, básicamente a partir de las independencias en los distintos países. Y es precisamente la aceptación de ese rótulo lo que ha marcado a fuego la impronta de la idiosincrasia sudamericana, y particularmente la argentina” dice Javier Ranaldi en “Globalización, neoliberalismo y educación”.
Aculturación - Globalización
Este proceso de aculturación fue también un proceso de globalización. Globalización, como imposición de un modelo cultural, económico y social de una sociedad dominante en particular a otra u otras sociedades menos poderosas. Estas cosas que trata Javier Ranaldi a propósito de los nuevos rumbos de la educación y la cultura en Argentina, las enlaza con el basamento filosófico y las ideas que sustentaron esta dominación de Europa sobre América y sobre los aborígenes americanos, una América del no – ser frente a una Europa donde sí se - es, ya contaba con los argumentos de Kant en 1775: “el pueblo de los americanos no es susceptible de ninguna forma de civilización. No tiene ningún estímulo pues carece de afectos y pasiones. Los americanos no sienten amor, y por eso no son fecundos. Casi no hablan, no ser hacen caricias, no se preocupan de nada, son perezosos... incapaces de gobernarse, están condenados a la extinción.”
Hegel también dejaba de lado a América y Africa en el desarrollo del espíritu universal, son pueblos “naturales” incapaces de alcanzar cualquier forma de civilización, quedan fuera de la historia, es la parte de la humanidad que se considera “no histórica”.
Esto lo hemos visto también con el filósofo Gerardo Peña en nuestros encuentros de reflexión sobre la realidad de la filosofía latinoamericana.
¿Acaso no conocemos compatriotas que se fascinan con Bush – Obama en CNN y que no escuchan a la Presidenta argentina en nuestra TV Pública?
Claro que muchos intelectuales argentinos y sudamericanos fueron sesgados, sometidos a las ideas europeas y luego filo norteamericanas que contemporáneamente podríamos asimilar al neoliberalismo pro capitalista y hegemónico globalizante. Sin embargo las huellas de Moreno y de Alberdi, como tantos otros, y las gestas independentistas, épicas, de Bolívar y San Martín dejaron caminos abiertos para desmentir ciertos costados del progreso y aventurarnos a la construcción de lo nuevo, de un proceso emancipatorio. Ni hablar del Che, como símbolo de la construcción de un hombre nuevo. ¿Qué diría hoy Guevara ante el resultado de las políticas neoliberales que arrasaron con América Latina en particular en la década del 90, convirtiendo en mercancía a la tierra, al hombre, al conocimiento, y vaciando al sujeto sudamericano de sus señales identitarias…?
¿Somos o no somos en América del Sur?
Pues bien, volviendo a la cuestión del sujeto – objeto y del ser – no ser, en América del Sur, hoy somos, o, para los no tan optimistas, queremos ser. Es decir, recuperar el sujeto que hace historia; la propia historia, claro; no el virrey que traslada la historia de Europa, ni el dictador que traslada la historia del Norteamericanismo, no, no esa historia, ni la del nuevo ejército de ocupación que tenemos: los medios; no, tampoco. A pesar de las doctrinas de las dictaduras en América del Sur, apoyadas e hilvanadas por EEUU, que destruyeron buena parte del pensamiento liberador eliminando a intelectuales, dirigentes obreros, maestros, estudiantes y campesinos, a pesar de tanto oprobio apoyado claro por los grupos del privilegio nativo, a pesar de todo aquello, hoy somos, porque queremos ser.
Sujetos del deseo
Y no somos porque tengamos el poder en nuestras manos; el poder económico sigue estando en quienes organizaron tanta explotación y desdicha popular [aunque ya sufren los rasguños de algunos privilegios, hay que decirlo, con medidas ejemplares tomadas en algunos sectores de la economía y la política venezolana, ecuatoriana, argentina, boliviana…] pero hay un deseo y una voz popular que en algunos países americanos se ha organizado más en las luchas por la tierra y los derechos aborígenes y de los pueblos originarios, en otros con mayor participación campesina y obrera, en otros con una creciente inclusión de los sectores medios intelectuales anti-imperialistas y por los derechos humanos, en otros con la consolidación de una organización partidaria socialista bolivariana, o con un ideario de transformación a nuevas formas de democracia popular. De una u otra forma hoy el horizonte en América del Sur ya es diferente a hace diez años y quince años, y posiblemente de modo irreversible… y más: ante el mundo podemos llegar a ser lo nuevo. ¿No les dá como una cosa de orgullo…? Sí: lo nuevo ante tanta crisis y tanto mundo.
No intenta ser esto un análisis objetivo; para nada: Dios me guarde ante tanto escrito independiente…[como la Magdalena de Continental] ante tanta palabra desinteresada…[como el filósofo Abraham]… no; simpatizo más, hoy, con la mirada subjetiva y el rescate de la experiencia, la narrativa y la praxis, con sujetos abiertos al conocimiento y a la pasión por la transformación humanista, como lo proponía Gramsci.
Al rescate del sujeto deseante y volitivo en nuestra América, la del Sur
No; seamos subjetivos… lo subjetivo, articulado, expresado, organizado, activado, se transforma en cultural hegemónico. pero en bien del otro. Sí, del otro o del Otro, como más les guste. A recuperar el deseo por la política como instrumento de cambio social y cultural.
Una objeción: luego de un reciente viaje por Colombia y Venezuela he podido percibir que la globalización no es un discurso [¡qué novedad! me dirán…] en cuanto al rol hegemónico de los medios en la formación de pensamiento y de conciencia. Sobre esto se ha escrito mucho y hasta resolver este problema se escribirá mucho más. Hay que decirlo: el pensamiento de la derecha aquí y allá en toda América del Sur está organizado y perfectamente diagramado, con los mismos gestos, con las mismas palabras muchas veces, con las misma hipocresía y falsedad… y las mismas técnicas y trampas. Claro, en Colombia a favor de Uribe, en Venezuela como oposición sistemática a Chavez. Allá Chavez caracterizado como autoritario y bocón, aquí Cristina estereotipada como soberbia…(1) nada cambia en estas técnicas de los medios líderes de la prensa y la tele ni en los ocultos intereses que defienden: el privilegio económico de las minorías. Nada les molestaba de las figuras impresentables que les servían a sus intereses políticos y económicos… ¿acaso se volvieron opositores de Videla o se Menem…? Leer el Nacional o el Universal en Caracas, y leer Clarín y Nación en Buenos Aires es más de lo mismo; son el sujeto del poder económico. Mientras no se democraticen los medios de formación de pensamiento una gran parte de la población seguirá sintiéndose libre cuando en realidad no piensa, es pensada [como diría Heidegger] por los medios, llamados, falsamente, de comunicación.
Un momento histórico: la intención emancipadora
En buena hora estamos en un momento donde hemos retomado un pensamiento emancipador que enfrenta tareas y trabas. Una de las que consideramos más importantes en Carta Abierta Necochea es justamente ampliar el debate sobre la necesidad de DEMOCRATIZAR los MEDIOS. Esta propuesta se ha ampliado y enriquecido desde la visita de Héctor Sosa (UTPBA) y de Francisco Berdichevsky (Carta Abierta) a Necochea.
Sabemos que la derecha está cómoda, así, sin tocar nada de la ley que rige desde la dictadura militar… lo vemos no sólo en sus expresiones liberales y neoliberales, en sus periodistas, en los Grondona, en los nuevos Víctor Hugo, en los Morales Solá… también lo vemos en sus expresiones más siniestras, en sus amenazas, en sus acciones antidemocráticas. Bueno, está bien, los conocemos. Veremos. Nosotros pensamos que la verdad está más cerca de nosotros que de ellos. No va a ser fácil; será como la batalla de Normandía; nunca fue menos, por otro lado.
La sociedad del espectáculo y el tinellismo banal
Nosotros, los que pretendemos que la cuestión de los medios no sea un espectáculo del consumismo y la estupidez tinellista, los que pensamos que los medios de comunicación tienen que propiciar una participación popular, los que estamos por la democratización de la cultura, de las cosas buenas, estamos también más claros con nuestros propósitos hoy y más sensibles a las voces de los que reclaman una sociedad más justa y solidaria.
Es cierto que nos espera un 2009, hacia el bicentenario, con muchas tareas por delante. Entre éstas, la mejor distribución de la riqueza; con paciencia y consecuencia, como los alfareros, tendremos que explorar más y debatir acerca de los efectos de los medios sobre la subjetividad, sobre la educación, la salud mental, el arte y la cultura en general, los derechos humanos, la ecología… son tantos los desafíos que tenemos los intelectuales y nuestro compromiso comunitario.
Nuestras mentes se han vuelto más creativas; curiosamente, en América del Sur estamos más deseantes, y menos solos. Más humanistas. Es una tarea de alfareros, tiene que ver con la verdad y con la belleza también, “una cuestión del cielo”, como dice Víctor Heredia.
Gustavo González Ramella
Carta Abierta Necochea
Dicembre de 1008
(1) a propósito del pensamiento que inoculan los medios, una anécdota sobre Cristina en el imaginario de la clase media: en un pueblo agropecuario cercano, del sudeste de la Pcia de Bs As, un empleado, un buen hombre, que en su vida comercial vive de los propietarios y empresarios de la tierra me decía: “¿sabe una cosa… a mí me pasa que desde la cuestión del campo cuando la veo a la presidenta por TV cambio de canal… qué será…?” y yo le pregunté: “y cuando ve a Tinelli, o a Menem, o a Bush… ¿no cambia de canal…?” a lo que me respondió, sorprendido, luego de un fruncimiento de frente y cejas: “no… ahora que me dice… no…” “bueno, -le respondí [en tono de broma, con afecto]- usted es un caso perdido…”
sábado, 13 de diciembre de 2008
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