miércoles, 28 de julio de 2010

A QUIÉN LE CONVIENE LA GUERRA EN AMÉRICA DEL SUR

¿A quién le conviene una GUERRA en AMÉRICA DEL SUR?

¿Quién puede beneficiarse con una guerra entre pueblos hermanos en América del Sur?

¿Qué intereses pueden engordar con la sangre de los pueblos en América Latina?

Si vamos a la historia, no lejana, la cercana, en este Bicentenario de los pueblos, siempre que ha habido guerra en la región ha estado implicado algún interés IMPERIAL.
Hoy más que nunca, el capitalismo en su desarrollo imperial financiero, y ante el avance de las conciencias libertarias en los pueblos de América Latina, necesita apostar a la guerra en la región y se vale de las provocaciones desde los gobiernos de derecha como el de Uribe, gobierno fiel a los intereses norteamericanos.

Uribe, con sus modos suaves en el hablar, modos que recuerdan a su maestro Bush, ha reiniciado, poco antes de dejar la presidencia a su seguidor, una nueva provocación contra el pueblo venezolano. Chávez, con su discurso bolivariano, sí, pero con gestos que bien podríamos caracterizar como autoritarios de corte militarista, ha contestado a esa provocación cortando los lazos diplomáticos.

Es un momento crítico en América Latina donde prosperan los gobiernos de corte popular y las izquierdas emancipadoras, que han declarado de diversas formas y tonos un camino de independencia de los mandatos de EEUU; un camino de integración entre los parecidos, los pueblos latinoamericanos, y de ruptura con las políticas neoliberales de sometimiento y postergación.

¿Acaso los grupos más reaccionarios de EEUU tienen otros caminos que no sea la creación de grietas y rupturas en el seno del UNASUR… de apostar a la división y enfrentamiento con excusas diversas… por ejemplo el pretexto del narcotráfico y la guerrilla…?
¿Acaso no es este un capítulo más que comenzó hace muy poco con el establecimiento de bases militares en Colombia…?
¿Es que no hubo acusaciones fundadas en el interés norteamericano en instalar una base en la triple frontera entre Argentina, Brasil y Paraguay con el mismo pretexto de asegurar el orden en la región contra el narcotráfico…?
¿Podemos olvidar los argentinos el armado del Plan Cóndor en América del Sur con las dictaduras del 70 y 80… y los cambios de estrategia en los años 90 apostando a gobiernos títeres neoliberales y al dominio de los medios de comunicación para asegurar conciencias blandas y banales…?
¿Podremos revertir como se logró desde el UNASUR en Santiago y en Bariloche las provocaciones de las derechas en el conflicto desde Colombia hacia Ecuador, y con la provocación golpista montada en Bolivia para derrocar las fuerzas populares de Evo… apoyadas estas maniobras por la derecha más agresiva de los EEUU…?

¿Podrá la intervención de Kirchner y de Correa atemperar el clima agresivo entre los gobiernos de derecha colombiano y de izquierda venezolano y encontrar acuerdos de convergencia y coexistencia entre esos gobiernos de pueblos hermanos…?

Estas son algunas preguntas que nos hacemos hoy en nuestro espacio. Sabemos, por la historia, la memoria [y el pensamiento] y las propias vivencias que el declinar de un imperio y el privilegio está sembrado de guerras y que el norte no quiere perder su poder de gendarme en el mundo ya que hoy el capital financiero concentrado necesita de la militarización y de las concepciones anti-humanistas globalizadas.

Y los pueblos necesitamos la PAZ para construir un proyecto emancipador, de desarrollo y de cultura humanista.
Si estamos convencidos de esto último, parte esencial de nuestra tarea emancipadora, transformadora, [¿cabe calificar como REVOLUCIONARIA quizás?] deberá ser resguardar de una y mil maneras esa PAZ y evitar cualquier tipo de respuesta bélica, en los hechos y las palabras, a la provocación de la derecha guerrerista, nacional e internacional.

No sé; es raro todo esto de la guerra en América del Sur; pero seamos cuidadosos ya que la PAZ es una construcción, y más en estos tiempos.

Gustavo González Ramella
Carta Abierta Necochea