Un viaje al norte
Cuando los MEDIOS nos acompañan
Dice Atahualpa que en los caminos maduran las cosas; espacio y tiempo.
Lo bueno de los viajes es poder mirar paisajes y hablar con la gente sin intermediarios. Conocer y reconocer; lo semejante y lo diferente. No otra parece ser la función del pensamiento reflexivo: encontrar semejanzas y diferencias; poder discriminar entre una y otra cosa… estar atento a las vivencias, a las emociones, y a los sentimientos, con uno mismo y con los otros. Gozar de la diversidad.
El discurso de Buenos Aires y el poder hegemónico
Mirando tanta cosa, tanta globalidad en la tele, en un tranquilo almacén en la ruta de Pehuajó a Casares, con un grupo de parroquianos, veíamos un robo al estilo salidera de banco en Barrio Norte, unos reportajes bien dramáticos a víctimas del violador de Recoleta, y algunas escenas de violencia barra brava. La escena, con los paisanos entre asombrados y aburridos, me recordaba al perro Mendieta que desde un rincón de la tira pensaba: ¡qué lo parió…! Quizás hoy Fontanarrosa hubiera agregado alguna objeción sobre la inseguridad, tema alimentado por la derecha con tal de no hablar de la distribución de la riqueza.
Y pensaba también que desde Iruya hasta Calafate el discurso hegemónico cultural de la tribu urbana mediática.. ¿Buenos Aires… Nueva York… San Pablo… qué más dá…? con la pantalla de la tele invasiva y consumista [excepciones meritorias de la TV Pública, Encuentro y algún otro] es el mismo con vaciamiento de las diversidades culturales y regionales. Recordaba entonces, también, el grito de un paisano conchabado en el corte de ruta de Rufino en la Semana Santa pasada cuando nos gritó: ¡porteños de mierda! [alcoholizado el hombre venía del grupo de asadores a la vera del camino] porque intentábamos romper el bloqueo sojero, y mi compañera en aquel viaje tratando de explicarle que ella era patagónica y que yo era provinciano y todo resultaba, imaginen, bastante ridículo. Todo esto iba a resultar más ambiguo aún cuando desde la Figueroa Alcorta, pocas semanas después, festejaban sin distinción de fronteras los amigos y la parentela de clase media alta junto a la Sociedad Rural y adláteres, la derrota a las retenciones móviles y el voto opositor de Cobos... , pobre hombrecillo, ya casi en el olvido.
Haciendo política en el interior
Otra cosa interesante que podemos hacer en un viaje es hacer política… hablar política… debatir política.
Es muy divertido y hasta cierto punto contracultural.
Justamente, creo, lo que más le fastidia a la derecha es que estamos en una época donde hacemos política y donde se terminó el único [vergonzoso, tonto] discurso capitalista neoliberal. Sí, se acabó como discurso único; perdón señores… pero no somos culpables de sus crisis.
Sí; la llamada oposición [sistemática] no tolera que podamos pensar y hacer política. Pues bien, señores, la hacemos, y en el 2009 mejor todavía, con mejores perspectivas, y con propuestas con mayor proyección emancipadora... y si no miremos América del Sur ¿Y por qué no habríamos de pensar, de discurrir… acaso no estamos para pensar y para ejercer la praxis intelectual…?
Le disgusta a la derecha cuando en la ciencia y en el arte no nos ponemos del lado de los ricos… vean sino esas muecas de repudio a quienes nos ubicamos en el campo popular… esos gestos payasescos, como los escraches de algunos vecinos del campo a artistas progresistas en algunas ciudades del interior… nota cultural que nos recuerda a actitudes fascistas de las más retrógradas que comenzaron a expresarse abiertamente con los cortes de ruta y el lock out patronal, incluídas amenazas por internet.
En viaje al norte, a San Luis por la ruta 7
Pero sigamos por las rutas argentinas hacia el norte. Vamos por la ruta 7 escuchando las diversas radios, nacionales y locales.
No exagero si digo que la realidad cambia y da un tumbo si por ejemplo pasamos de Continental [grupo PRISA, no lo olviden] a la Voz de las Madres [sí, las de Plaza de Mayo]… de Radio Nacional a Radio de Río Cuarto… y así siguiendo.
Por ejemplo del genocidio en Gaza y el repudio de los pueblos democráticos a tal acto terrorista por parte de un Estado, podemos pasar a ignorar tal suceso y escuchar las opiniones de los oyentes sobre la última pelea de vedette en Carlos Paz [que hay gente tonta la hay] o los problemas en Venado Tuerto con los sojeros descontentos por las retenciones y que nada les viene bien y llaman a nuevos cortes.
En otra emisora regional la atención está puesta en un análisis del problema de los campesinos sin tierra en el norte, en Santiago del Estero, y los expulsados en Formosa por un patrón terrateniente rentista amigo de un juez y aparentemente del gobernador.
En fin… la realidad argentina, donde según la radio que pesquemos nos enteraremos de la queja de los ricos por los abusos del Estado corrupto [según ellos y los medios que los apoyan, casi todos] o del reclamo de los pobres por la falta de una distribución de la riqueza más profunda.
Podremos quedarnos, según gustos e ideología, con el elogio por los avances en los Derechos Humanos en nuestro país y los juicios a los dictadores y torturadores durante el 2008, o con las diatribas contra la Cuba de Fidel que cumple 50 años de revolución.
Todo depende del botón que apretemos.
Por supuesto que el botón será en general el resultado de nuestros gustos, creencias e ideología. Y del conformismo social internalizado indivdualmente. Gramsci, según Daniel Campione [Para leer a Gramsci, ediciones del CCC, Buenos Aires, 2007], percibe que para lograr el acatamiento espontáneo a la ideología dominante [de los poderosos y las corporaciones económico financieras] se requiere el armado previo de un conformismo social “que acepte la injusticia como natural”. Para lograr esto los poderosos construyen una serie de ideas estereotipadas, simples, elementales, que el simple ciudadano incorpora a su narrativa cotidiana [consigo mismo y con los demás], que naturalizan esa inequidad quitándole la entidad de lo injusto.
Los medios y la mente
No parece haber una más fuerte ley cognitiva que rija nuestra mente que la necesidad de reafirmar que la idea que tenemos de la realidad efectivamente se confirma cada día como verdad.
Saquemos entonces conclusiones acerca de nuestra capacidad de cambio; así nos va. Pero es que los científicos parecen haber descubierto que si no hubiera sido por esta tendencia conservadora no hubiéramos sobrevivido en épocas de depredadores. Depredadores naturales, épocas de cavernas, claro, pero ¿y con los depredadores actuales, las corporaciones capitalistas…? Gracias a la ciencia moderna hemos leído sobre los nuevos paradigmas que hablan de leyes sobre la fluidez cognitiva y la dinámica mental que revolucionan todo, y que dicen que tenemos una enorme capacidad para los cambios, para transformar la realidad, sólo que como Foucault y otros ya nos señalaron hemos [han] sabido construir dispositivos culturales que vigilan y castigan a los indisciplinados, es decir, a los que se rebelan contra el poder hegemónico.
Sobre Barone y su renuncia a La Nación
Siguiendo en ruta, entonces, por el sur de Córdoba hacia San Luis, bajamos por Internet en una estación de servicio [¡viva la tecnología al servicio del conocimiento!] una interesante reflexión de Orlando Barone [a quien luego de su renuncia a La Nación lo incorporo a mi galería de ídolos] en una entrevista a ZOOM. Este muy respetable y original pensador dice algo así:
El periodista cree que el poder es el político. Mentira, el periodista sabe que ese no es el poder. El periodismo sabe que el poder es el económico. El poder económico puede comprar tanto al político como al periodismo…y concluye con una afirmación de Casullo en Carta Abierta muy poco antes de morir, que yo desconocía: “los medios, hoy, son imbatibles”.
Me queda esta última afirmación resonando muy adentro. La interrogo, la hospedo, para después, más adelante evaluarla, pero desde ya no sintonizo con ella… es fatalista… ¿acaso no se pudo con los diversos imperios a lo largo de la historia humana…? ¿acaso no es una cuestión de decisión política que recoja e impulse una fuerte convicción cultural popular desde abajo..? En fin, inquietante; un desafío para Carta Abierta Necochea en este nuevo año.
¿Consumismo salvaje o métodos de control global?
Subimos al auto y no me despego de una sana pretensión indagatoria acerca de este poder de los medios sobre la conciencia de la gente. Le pregunto a mi amigo el psiquiatra, si lo que hoy enferma tanto a la gente es la realidad, o la realidad que construyen los medios… y si esto es sólo producto de mercaderes y consumismo [grupo Clarín, grupo Nación, CIMECO, Editorial Atlántida, Perfil… etc y toda la parentela] o si aparte hay una intención de control y dominio de nuestras mentes y opiniones.
Mi amigo el psiquiatra tiene teorías conspirativas y se inclina por la segunda opción y me dice: “es la nueva forma de dominio del imperio… no olvides las reuniones de Santa Fé, Nueva México, donde el poder del norte define las modernas estrategias de dominio sobre los pueblos y los recursos del mundo, ya no con las armas sino con las ideas”.
De una u otra forma, sea por un capitalismo salvaje o por un imperio capitalista hegemónico, hay algo que en definitiva tendremos que estudiar más a fondo los que estamos en las tareas intelectuales humanistas y tiene que ver con nuestra salud mental; con nuestra salud cognitiva… y nuestra concordancia cognitiva afectiva. Es la base de la salud del Yo, de nuestra armonía interior, de nuestra integración como personas pensantes.
Cuando logramos articular, asociar y armonizar emociones e ideas, entonces avanzamos en lo que podríamos llamar una concordancia cognitivo afectiva. Pero este proceso de integración puede estar perturbado por lo que llamamos disonancias cognitivas. Algo de esto conceptualizó Francisco Berdichevsky y también hemos expuesto en congresos científicos de Salud Mental organizados por APSA donde señalamos las graves afecciones producidas desde los medios [medios de des comunicación] a partir de nuevos estudios sobre el psiquismo humano y las relaciones mente cerebro.
Salud mental y medios
Justamente muchos problemas que hoy observamos en nuestros hospitales y consultorios son del tipo adictivo a la tele e internet, sustitutos del vacío de valores y propósitos, así como los trastornos derivados de la persistencia de estímulos ansiógenos y depresógenos, el estrés acumulativo de derrota cotidiano con consumo compulsivo de los tragi-noticieros y la prédica de la inseguridad y la violencia inclusive en programas deportivos, y tantas otras alteraciones que nacen de la banalización [¡vamos Tinelli!] y la explotación sexual exhibicionista con repercusión variada sobre la personalidad del espectador pasivo, el culto a la imagen, la anorexia, los pánicos y angustias fóbicas.
Un menú de alteraciones mentales que no se resuelven con fármacos sino con terapias grupales, colectivas, con redes comunitarias, y con la transformación cultural, humanista, de los medios y la sociedad. Prevenir enfermedades y promover salud… nada nuevo.
Algo de esta nueva subjetividad ventilada en las pantalla se puede leer [recomendable] en “La intimidad como espectáculo” de Paula Sibilia, Fondo de Cultura Económica, 2008, entre tantos estudios y acciones que tendremos que emprender si deseamos vivir más sanos.
Subjetividad con inducción de disonancias
Pero volvamos a esta época de disonancias cognitivas.
La penetrancia de los medios con sus mensajes, contenidos y formas han producido una subjetividad con disonancias; las hemos internalizado; más, las hemos apropiado. Podemos estar ante una realidad que se presenta como obvia y renegar de ella… o encontrar explicaciones A cuando esa realidad habla de visibles determinantes B. Ver la pared blanca pero decir que es negra porque en la mente ya quedó registrado que es negra y porque verla negra tranquiliza y cumple algún beneficio psíquico, o simplemente por un hábito y una inercia pesimista, o porque confirma una creencia ya adquirida hace tiempo y que uno no quiere cambiar. Porque cambiar de ideas cuesta para mucha gente. Si pienso que los pobres son vagos y esto me simplifica en la búsqueda de razones sobre la pobreza entonces me quedo con esa creencia [prejuicio] y tranquilizo mi conciencia. Si pienso que los que van a la Plaza de Mayo están todos pagados por los punteros me ahorro el trabajo de reflexionar sobre la situación social o la legitimidad de una protesta o de un apoyo a un gobierno. Es tan claro.
Cuestiones de la ideología dominante, lo inconsciente y los dueños de los medios
El filósofo Marx dedicó tiempo a explicar estas cuestiones sobre la ideología que en definitiva no es más que la manera en que nos explicamos el mundo… y allí nace en realidad la investigación científica sobre el inconsciente que tan maravillosamente exploró desde el psicoanálisis Freud… claro que hoy ya se sabe mucho más sobre cómo funciona nuestra mente. Justamente de este saber se alimentan las corporaciones de los medios, transnacionales, para controlar y manipular nuestra conciencia con recursos muy finos.
Han mediatizado la realidad de tal modo que podemos estar viajando por una ruta, por ejemplo el sur de Santa Fé o de Córdoba, mirar los campos sembrados y toda su riqueza, los equipos trabajando, los camiones cargados de cereal, y estar escuchando en una radio local a un médico y periodista que explicaba por qué al campo le va tan mal, haciendo un balance del 2008 desastroso del gobierno… según él una sucesión de errores que para él habrían llevado a nuestro país a vivir “uno de los peores momentos de su historia” [colegas sinvergüenza que los hay los hay ¿por qué no?… ¿rentista sojero…?¿ médico con clientela de familias rurales…? ¿político neoliberal…?¿opositor rabioso…?¿quién lo sabe…?] y que nos hizo pensar a mi amigo y a mí si lo que estábamos viendo con nuestros ojos sobre las riquezas explotadas de la tierra por cientos y cientos de kilómetros viajados ya era una alucinación o un delirio de a dos. Por eso aconsejo no viajar solo: como decía Sócrates, arrepentido, según Guitton, que la verdad se construye con el otro… ese otro que por fortuna nos ceba mate.
El interior y el pensamiento único
Cuando bajamos en la estación de servicio de la rotonda de Vicuña Mackenna me encuentro con algo que me confirma que la globalización de mensajes que impactan y que obturan la reflexión para sólo generar sugestión está muy bien pensada. Se trata de un periódico en una mesa de la estación de servicio que me recordó el titular de La Nación de días atrás…pregunté a unos jóvenes que atendían la confitería y me dijeron que sí, que era un número atrasado de Puntal, diario de Río Cuarto. Aprovechamos entonces a charlar con estos jóvenes a quienes les hizo gracia nuestro comentario: “¡qué gorilas están por acá!” y les explicamos que ese mismo titular “Investigan a Kirchner por asociación ilícita” con la misma foto al lado a toda página del triunfo de Boca lo acabábamos de ver días atrás en ruta 2 en el diario La Nación y que nos llamaba la atención que un diario que parecía importante de la zona copiara el formato de un diario nacional… que en fin, todos sabemos… pero claro, cuando vemos el mapa de los propietarios de los medios y observamos que el grupo La Nación comparte con el grupo Clarín la posesión de CIMECO [entre otras cosas] y ésta maneja La Voz del Interior (Córdoba) Los Andes (Mendoza) y otros diarios del interior, entre otras cosas, entonces podemos entender perfectamente estas cuestiones coloniales de nuestra subjetividad argentina y el llamado pensamiento único… ¿les suena..? Para más información sobre la propiedad de los llamados medios de comunicación en Argentina y América Latina recomendamos la lectura de “Los dueños de la palabra” de Luis Pablo Giniger, Centro Cultural de la Cooperación, 2004.
Rápidamente la cosa se resolvió cuando les recordamos e estos jóvenes empleados que existe el monopolio en los medios de des comunicación y esas cosas… y que ni siquiera podemos ser independientes y autónomos en los diversos rincones de la patria. En fin, formas de hacer política en la ruta y de escuchar opiniones diversas. Una buena práctica que la derecha detesta y que tiene que ver con lo que Susan Sontag llama formar pensamiento.
Los estereotipos que nos inoculan a diario
Pero volvamos a las disonancias que ingresan en nuestras pobres mentes como los virus en los archivos y programas de las computadoras. Esas disonancias se expresan en un discurso plagado de estereotipos sobre la realidad que supuestamente serían el juicio de un Yo libre pero que en la práctica manifiesta una escasa elaboración, una mínima cuota de conocimiento, una pereza intelectual, una pasividad de sujeto receptor de mensajes, un apropiador de razonamientos mínimos recibidos desde el sujeto del poder, los medios.
Esos sujetos que dicen: les pagan y los meten en colectivos para apoyar a la Presidenta…
Son frases que se repiten para descalificar a algo o a alguien [un gobierno, una política, un personaje, una situación] que pueden llevar en sí misma una contradicción interna sustancial, que no resisten un debate, pero que a fuerza de repetición se autoperpetúan como sentido común en la charla cotidiana, frases que conforman un estereotipo.
Claro que los estereotipos no son caprichosos y apuntan siempre para un solo lado; no hablan de las coimas de grandes empresarios y gerentes, ni de los patacones que pone la patronal y los gerenciadores del agropoder para los que cuidan el fuego en las rotondas de los cortes de ruta, ni de los trabajadores rurales en negro, ni de tantos otros actos de corruptela que atraviesan a la sociedad argentina, tanto en el campo como en la cultura urbana.
Las frases hechas para no pensar
Pero la formación de los estereotipos en la propaganda no es un fenómeno nuevo. Antes se decía que los comunistas se comían a los chicos… pues bien, hoy podemos encontrar en boca de gente muy inteligente frases tan pueriles como estas pero adecuadas a los tiempos y conveniencias [de los poderes económicos que hegemonizan nuestra sociedad y cultura] y que se vuelven banales pero efectivas. Podemos escuchar por ejemplo que todo el gobierno es corrupto, que los peronistas se pelean por una cartera, que la ciudad está contra el campo, que los sindicalistas son un grupo de mafiosos que manejan el país… que la inseguridad se resuelve con mano dura… y tantas otras cosas. No es un discurso nativo, de nuestro país… la narrativa de la oposición en Venezuela manejaba un lenguaje similar… sólo que el arrogante era Chavez y aquí es Cristina. Cuando ganaron la alcaldía mayor en Caracas hace pocas semanas el candidato opositor triunfante, que había llevado la bandera de la inseguridad y la suciedad en las calles, rápidamente, al proclamarse ganador, sacó en el festejo la esencia de la cosa: “no hay democracia sin propiedad privada”. Es decir que los estereotipos que pegan, que se interiorizan en muchos ciudadanos que en realidad son pensados por el poder [aunque se sientan pensantes y libres] sirven solamente para dirigir acciones [destituyentes] en beneficio de otros. Los que hablan del campo en realidad ¿de qué campo hablan?¿del que trabaja un labrador, un peón, un campesino medio… del campo de un terrateniente, un financista de la tierra, un rentista asociado, un agroexportador oligopólico… un oportunista opositor sistemático de la derecha…?
Jóvenes que se interrogan por el futuro e indagan en lo pasado
Ya en San Luis, un jovencito de 15 años que estudia Bellas Artes en La Plata y que ha empezado a leer algunas cosas de la historia política en Latinoamérica [¡qué buena noticia!] juntaba sus propias reflexiones y sorpresas con especies y estereotipos inoculados y repetidos que arman sus prejuicios aún vigentes. Nos decía que le interesaba la vida del Che pero que le sorprendía que un espíritu libertario tan fuerte haya estado junto a Fidel en Cuba, “un dictador”, y nos preguntaba qué opinábamos al respecto. Una disfrutable charla donde cada cual dio su opinión; un espacio de reflexión sobre cuestiones tan trascendentes para el análisis de nuestra historia latinoamericana y la lucha de los pueblos.
Es un muy buen momento para hablar con esta juventud que despierta a la política, si estamos abiertos, y en particular si tenemos un lugar de respeto y afecto ganado ante esa personita.
Todo el trabajo del tinellismo estupidizante se puede derrumbar en pocos y buenos momentos pasados con sujetos que se interrogan desde un costado más humano acerca de la realidad y el sentido de la vida.
Gustavo González Ramella
Carta Abierta Necochea
15 de enero de 2009
domingo, 18 de enero de 2009
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1 comentario:
Ignoro cuales son las condiciones de Carta Abierta para publicar lo que la gente escribe.Como vivimos en un pueblo donde todos nos conocemos, me parece poco favorable para este organismo que incluya opiniones de Gonzàlez Ramella tan desacreditado como profesional (en el ambito pùblico y privado) y como persona!.Indaguen un poco, por favor...
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